Cuando empezamos a vincularnos más allá de la personalidad y lo hacemos desde el Alma, lo que aparece en esta vibración es la Fe, la energía propia de este plano. Con ella observamos y sentimos aquello que sucede para el bien en forma auspiciosa, con conciencia de que lo oscuro, el mal, solo existe como dinamización polar de las energías. Así empezamos a experimentar la dualidad como ilusión en la forma de la Energía Primordial.
—Ticeap
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