En nuestra escuela siempre procuramos experimentar una mirada reflexiva sobre las situaciones que se viven en el país y en el mundo incluyendo, muy especialmente, la espiritualidad. Frente a lo que ocurre ponemos el acento en ver cómo afectan a lo personal, al grupo de pertenencia de cada uno y a la sociedad en general. Advertimos que cuando tenemos en cuenta el bien común, sin intereses personales que no sean los evolutivos, estamos en un contacto mayor con la energía de nuestras almas.
En relación al nombramiento del Papa Francisco, Esperanza es una palabra que ha resonado bastante y de la cual nos hacemos eco. Para nosotros es una energía espiritual que expresa el Alma. Experimentamos que la Esperanza es resultado de dos fuerzas, la Fe y la Confianza. La Fe nos conecta con la mutidimensión y regresa a nosotros en la forma de Confianza. Al expresarse aquí, en este plano, irradiándose horizontalmente se vuelve Esperanza.
Pero, inclusive mucho más allá de las lecturas que puedan hacerse sobre esta coyuntura lo cierto es que está habiendo algo distinto en el “aire”.
Algo pasó en el acto del nombramiento del Papa, en ese mismo momento, que está más allá de la propia figura electa. Más allá que él sea un canal, obviamente, en condiciones de ayudar a vehiculizar “eso”, “esto” que está ocurriendo, por fortuna, lo excede completamente y está bueno ser conscientes de esto más allá de que él sea el mensajero.
Convengamos que trabajar mancomunados no es una experiencia muy común en el planeta. En estos días todos los medios de comunicación, al menos en Argentina, han puesto sobre la mesa temas de los que no se hablaba como el bien común, la esperanza, el amor por el prójimo, la ayuda a los más necesitados, el servicio… Los medios se han llenado de estas reflexiones, no sé cuánto va a durar este efecto, pero sin importar cuánto dure, es notable.
El hecho de que aparezca un referente y en este caso argentino, me parece que a la Argentina le puede sumar en el proceso particular que está viviendo. Anhelamos que el Karma Argentino pueda desarrollarse capitalizando lo que estamos transitando.
Hay dos cosas que debiéramos tener en cuenta: me parece que hay mucha facilidad para “dormirse”, mucha pereza, mucha tendencia a vivir en estados hipnóticos y por otro lado un gran descrédito que llega incluso a la indiferencia cuando no a la violencia. Estos movimientos nos llevan a un juego circular, al cuento del huevo y la gallina. En uno y otro nos volvemos funcionales a las fuerzas involutivas.
Para este momento me gusta la palabra visibilización, no solo en la Argentina y en la geopolítica mundial, si no en general; por una vez los medios, al menos aquí, han estado informando de cosas que habitualmente dicen y muestran poco, ha sido como una vacación de la comunicación corriente que viene muy bien. Incluso disipando la energía que venía estando, casi diría haciendo una limpieza. Porque están contando historias de cosas que ya existen y existieron, pero que se visibilizan más ampliamente ahora, promoviendo una mayor hermandad o un sentido de colectivo humano que la TV no hace corrientemente. La TV habla más corrientemente de 10 personas, sobre temas muy limitados: apariencia física con poca ropa, chimentos, a quién mataron, los accidentes que hubo… Incluso creo que mostrar y hablar menos de la inseguridad favorece al clima social. En todo caso debiera exponerse el tema de modo que realmente busque mejorar la dificultad y no solo las consecuencias.
El factor sorpresa estuvo más que presente siento que es también como un viento de costado, que barrió muchas cosas y apareció lo que estaba atrás de los vientos de arena. Incluso comunicadores que suelen ser imprudentes, de golpe se los vio conmovidos y conectados con otra cosa.
Lo ocurrido proviene de un nivel más allá de la mente y excede la figura del Papa. Me refiero a la vibración espiritual que se manifestó a través de este hecho.
Todo lo ocurrido el día de la coronación, el paseo en Jeep, el contacto con la gente ya está haciendo algo, dando señales de ponerse a disposición de la humanidad. Porque insisto, siento que esto trasciende la propia religión católica, esto traspasó muchas fronteras incluso a nivel político y diplomático, gente que no habría ido a saludarlo y a participar si hubiera sido otro tipo de Papa, o sea que atravesó barreras.
Es la energía del Alma: lo diverso junto, y no como sucede en el principio puramente mental: lo diverso disgregado y dividido. Entonces siento que a través de Bergoglio está pasando algo que lo excede a él como persona, afortunadamente, porque eso nos hace responsables a todos de participar de estos movimientos de conciencia, profundizarlos, retenerlos y desarrollarlos. Es un excelente mensajero y se puede ver más allá de los elementos visibles el conmoverse como una clara energía que no es de la personalidad. La emoción es propia de la personalidad y el conmoverse del Alma.
Cuando uno no puede explicar y cuando uno siente que si va a explicar lo arruina todo, se trata de un hecho que genuinamente está sucediendo en otro nivel. La conexión con esta experiencia varía de persona en persona dependiendo de factores múltiples como nivel evolutivo, aspectos que están desarrollando en esta encarnación y aprendizajes individuales, familiares, grupales y de país.
Nosotros en Ticeap siempre hablamos de tres elementos que siguen siendo los puntales de la experiencia colectiva que hacemos en la Tierra, ellos son: el descenso (propiciar la precipitación de vibraciones del mundo espiritual y cósmico a la Tierra), para que esto pueda devenir primero en un aumento de la conciencia y luego en transformación. La elección de este Papa es un hecho evidente de todo esto: hubo una manifestación, un ingreso, un descenso, un despertar que es producto de esa luz que ingresó. Porque no es que de pronto todos tomaron conciencia simultáneamente por voluntad personal.
Este suceso es un ejemplo muy rico para ver cómo trabaja la energía espiritual, donde aún muchos que estaban conscientemente menos dispuesto a la espiritualidad, se vieron gratamente sorprendidos. La propia sorpresa delata el origen de este movimiento.
Recuerdo que estaba viendo algún periodista más bien mental y que se disculpaba por lo que estaba sintiendo (estaba muy conmovido). Esta corriente de energía tiene tal intensidad que es más difícil controlarla desde la mente y las emociones. Cuando lo Divino se manifiesta no es tan fácil controlar, reprimir, explicar. En ese sentido, en este momento, tenemos una postal muy amplia y clara.
Siga como siga la historia no deberíamos olvidar lo que pasó y pasa. Esto nos permitió tener una experiencia tan concreta de Fe (tomada como la energía que nos liga con planos superiores) que sería bueno que pudiéramos seguir trabajando en esta dirección aun cuando por momentos puedan no verse tantos resultados en lo concreto. Podríamos tomarlo como un hecho que refuerza la Fe y no hay duda que estos guiños tan evidentes son estimulantes para muchos.
De pronto se corrió el velo y se comenzó a respirar otra cosa, próxima a la unidad en la diversidad. Una energía ligada al Espíritu, porque para que las Almas despierten, se manifiesten y se desarrollen es el Espíritu el que obra y sostiene. El descenso trajo la fuerza del Espíritu, y esto es precisamente lo que hace que las Almas se despierten.
Para que este movimiento fructifique hacen falta líderes que acompañen y también hacen falta buenos seguidores, en función de lograr progresos evolutivos conscientes. Independientemente de la tarea que desarrolle el Papa no debiéramos depender solamente de lo que él pueda hacer y vehiculizar sino comprender que “la salvación” es una experiencia colectiva.
Una visión co-construida nos suma conciencia a todos. Nos vuelve faroles alineados incluso con las consecuencias menos gratas que esto pueda tener. Este descenso constituye una experiencia conclusiva, es un parir “algo”, en donde Bergoglio surge como emblema de este movimiento. La punta del iceberg asomó por ahí.
Entonces se vuelve tarea de todos el estar más atentos a quiénes son los demás, y qué está pasando realmente. Esto puede favorecer un corrimiento del velo, pero a la vez debemos ser conscientes de la necesidad de progresar la vivencia y no confundir las primeras vivencias con las últimas. Siempre se puede seguir profundizando, teniendo la certeza de que otra cosa es posible.
Nosotros en TICEAP trabajamos mucho sobre la experiencia de descenso, entonces de pronto que haya hechos concretos que nos hacen palpar esto, lo que nosotros llamamos “guiños” innegablemente renuevan los impulsos para continuar trabajando en esta dirección. Y ojalá que sea mucho más que un guiño, sería maravilloso, que realmente sea un movimiento hacia una globalización genuina, porque la globalización genuina de lo que habla es de lo diverso unido, ni más ni menos, ya sea en temas de política, ya sea en la economía o en cualquier otra cosa.
El punto es que nosotros, como colectivo humano, podamos deponer el individualismo o el egoísmo o el individualismo autorreferente o como se le quiera llamar a eso que hoy somos. Por suerte hay excepciones, que tanto nos inspiran, pero lo menciono en términos generales. Todo el tiempo, además, dentro de los mensajes que el Papa está emitiendo y mostrando dice: “para los creyentes, para los que crean en algo” o “todos somos hijos del mismo Padre”, ampliando el público al que se dirige. Él destina su mensaje no solo a la grey cristiana, sino que lo amplia, mostrando tener claridad de cuál es su función en el juego evolutivo.
Por otro lado pide, “por favor recen por mí” y esto cobra un enorme significado en ese balcón con toda esa multitud en la plaza, sumado a millones que pueden estar participando a través de los medios de comunicación. De esos miles de millones atravesados por la experiencia, con que solo un millón rece por él con conciencia y sinceridad, el trabajo estará hecho (una cuestión es la estrategia humana y otra la Divina que se sirve de la primera para que el plan Divino se cumpla). Por trabajo me refiero a la labor evolutiva, al despertar de la Conciencia.
Estemos atentos a que las teorías tienen sus problemas, cuando la gente no accede a su propia energía de conexión con el Alma y queda en una experiencia cognitiva intelectual, inevitablemente la mente se interpone y la división aparece. Lo único que nos puede asegurar la evolución es la presencia del Alma despierta y del Espíritu guiando su desarrollo. La conexión con el Alma sin la presencia del Espíritu es insuficiente y esta es una prueba también de su acción global reciente, porque solamente el Espíritu puede hacer algo en forma masiva como hizo, como está haciendo.
Cuando hay descensos, hay dos fenómenos que pueden suceder y van a suceder: la luz, la dicha, es lo que se experimenta en primer lugar; y en un segundo momento, si la recibimos, esa luz tiene que iluminar nuestras oscuridades. Esta dinámica es inevitable y es lo que la vuelve potencialmente productiva.
Aquí en la escuela, nosotros veníamos viendo en la visibilidad común, todo lo negativo que se venía manifestando, y decíamos: “hay un farol adentro de esto”. Y cuando pasan cosas como estas creer para el conjunto social es mucho más fácil. Estas experiencias reducen los planteos del tipo: ¿por qué querés que tenga fe, mirá lo que pasa? Ahora, tal vez, es más difícil argumentar, porque esto no es un argumento sino una experiencia, esta es claramente la diferencia entre argumento o cognición y experiencia, si uno lo está viviendo no hace falta agregar demasiados comentarios. Lo que se dice es más bien descriptivo que explicativo.
No tenemos que olvidar dos variables que son muy importantes: cuando el Divino tiene que intervenir, interviene y nosotros tenemos que recibir su intervención porque si no se disipa. Un Maestro que brinda presencia Divina, ¿qué le dice al discípulo, al devoto?: “quedate callado, no pienses, conservá esto” porque si se va al mental eyecta la energía espiritual recibida. Una luz que está tratando de entrar en una vibración que por su naturaleza es menor: como es nuestro cuerpo físico, nuestro vital y muchas veces nuestra mente debe ser recibida a través de la receptividad consciente. Nosotros tenemos que estar con el corazón abierto y receptivo para alojarlo y luego no soltarlo. Es como si fuera un globo de gas que si no lo sujetamos se vuela.
Por eso pregunto cuál es la responsabilidad y el compromiso de cada uno de nosotros. Porque compromiso es recibir esa luz, retenerla y si es posible multiplicarla, compartirla. Intentar no perder la Fe ni un instante, fortalecerla, y que esta prueba nos sirva para saber que pase lo que pase el Divino maneja y todo está bien, pero no como una frase hecha, sino como algo que sea la vivencia impresa para que la misma experiencia no quede en el olvido y con el tiempo solo se tenga un leve recuerdo de algo que pasó con Bergoglio. Es fácil olvidar.
La Intercesión Divina hace estas cosas, nosotros no tenemos que creer en nuestros poderes mentales, porque ya sabemos que no sirven de mucho, sino estar receptivos y llamando para que esto otro pase, que las almas despierten, porque está muy a la vista que esto lo atraviesa todo.
Fue muy interesante ver un estado unificado de conciencia aunque sea por tres horas (durante la asunción) sostenido por un número grande de personas.
Es muy probable que esta manifestación de Luz traiga movimientos de limpieza, lo digo para que todos lo tengamos muy en cuenta. Va a haber movimientos y sería deseable que los que estamos más conscientes permanezcamos en nuestro centro y ayudemos proactivamente con la limpieza. Ciertas experiencias de destrucción son inevitables porque lo oscuro existe y tiene que ser purificado. Y es bueno contar con eso, tanto en lo que atañe a cuestiones públicas como privadas.
El descenso ocurre básicamente para purificar e iluminar los lugares que están menos evolucionados adentro nuestro. Los movimientos de descenso tienen que ser capitalizados, la mayor cualidad que tenemos que desarrollar en estos tiempos, además de buscar la sabiduría es la templanza: pase lo que pase no debiéramos movernos de nuestro centro. Y esto tiene que ser una premisa para ayudar a que este movimiento se sostenga.
Me parece que este es un momento muy especial y distinto que abre la posibilidad de un camino que se impone y que es más que esperanzador, porque porta algo concreto, un futuro venturoso. Desde el compromiso y la responsabilidad escucho algo adentro mío que dice: “no te duermas, no te duermas, no te duermas”.
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