Hablarnos entre nosotros tiene que volverse un hecho Mántrico, porque estamos tocando y creando con el sonido. Si vamos en dirección a abrirnos a la Creación para lo que la Madre disponga, debemos tener profundamente en cuenta cómo nos tratamos el uno al otro, cómo nos dirigimos a los demás, y hasta el modo en que hablamos. No minimicemos las consecuencias de nuestros actos, pues ninguno de ellos, por más pequeño que sea, sucede sin influir, en todo, bastante más que lo que a simple vista podemos apreciar, y se manifiesta como los círculos que se forman cuando tiramos una piedra en un lago.
—Ticeap
